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Ramón Antonio "Negro" Veras |
El doctor Ramón Antonio Veras (Negro), entrega a su sociedad un valioso testimonio de los dolorosos y traumáticos sufrimientos que padeció desde su niñez, adolescencia y adultez como jurista, en un volumen de 268 páginas que puso a circular a casa llena en El Gran Teatro del Cibao, de Santiago de los Caballeros, el día 4 de este mes.
Demostrando una capacidad de convocatoria que pocos han logrado en la puesta en circulación de un libro, Negro Veras electrizó a los más de dos mil convocados que le acompañamos en la ocasión, y en el decursar de su disertación comentando los motivos de la obra, el silencio era tan denso que era posible percibir las respiraciones de los vecinos sentados.
Como surgió de un hogar, si así puede llamarse una casucha misérrima, sin la protección paterna, sobreviviendo con los trabajos de doméstica de su progenitora, doña María Idalia Veras, Negro levantándose a diario a las 3:00 de la madrugada para procurar la dádiva estatal de dos botellas de leche, caminando un kilómetro para buscarla, y otro para regresar con ellas.
Ejerciendo de oficios domésticos en la casa de don Antonio Llenas, padre del atleta Winston (Chilote) Llenas para poder comer porque en casa de doña María Idalia el fogón apagado era la recurrencia mortificante; aguatero en casas de familia, limpiabotas, canillita de periódicos, todos esos oficios lo realizó el niño Negro sin quejas, con una tenacidad y valor espartanos, hasta matricularse en la UASD para optar por doctor en leyes.
Liberó el primer año en la UASD pero no podía seguir porque los reducidos ahorros que guardó para ese propósito se le agotaron, y entonces obtuvo una beca de RD$40, que honró, mereciendo un Magna Cum Laude.
Adviene entonces su titánica y peligrosa defensa de los perseguidos políticos en la etapa represiva y sangrienta de los Doce Años (l966-78) del presidente Joaquín Balaguer, en vez de dedicarse a asuntos personales conectados con honorarios profesionales para sobrevivir, otra demostración de su sensibilidad y solidaridad social, como manifestó también defendiendo las causas de gobiernos de izquierda, Fidel Castro, Mao Tse-tung, Kim Il Sung, Muammar El Gadafy, es decir, los antípodas que enfrentan al imperio planetario.
Luego concretiza el jurista talentoso, conocedor de los textos y sus interpretaciones para exponerlas en los estrados y ganar causas de sus defendidos, surgiendo el Negro Veras jurista y con recursos económicos orondos, sin que esa coyuntura nueva en su vida alterara su sensibilidad, solidaridad y espontaneidad para las causas más justas de su sociedad, ni renegar u olvidar sus orígenes psicológicos y físicos traumáticos, dolorosos, angustiantes.
Ese trayecto escabroso, difícil, peligroso y desafiante en la vida de Negro Veras, en que nunca consiguió un padrino, él decidió con el valor que todos les reconocemos, testimoniarlo en un libro para legado de sus hijos, nietos y nietas, pero de manera más generalizada, para toda su sociedad, para demostrar que para agotar el breve ciclo que llamamos vida, no es menester proceder incorrecto, insolidario, sabandija, inmoral, y coronar la cúspide de la reputación profesional y la bonanza económica, procediendo recto, sin defraudar a su sociedad y constituyéndose en ejemplo y admiración de todos, enarbolando el pendón del acrisolado proceder, el gran sentido y mensaje de su obra: Parte de mi vida: Para mis hijos, nietos y nietas”extensivo y exhortable a toda sociedad, la nuestra, y más allá.