La principal motivación que he tenido para la creación de esta página es que lo que me ocurrió el 02 de junio del 2010, y que ha lesionado vivamente a mi persona, y a mi familia grande y pequeña, no lo tenga que vivir nadie más; además, en interés de que las cosas que sucedieron y cómo sucedieron, no se olviden para que tampoco ningún otro ser humano tenga que soportarlas y vivirlas.
He querido con esta página que toda persona, física o moral, que desee tener alguna información escrita o visual sobre la tentativa de asesinato de que fui víctima pueda acceder, y tener conocimiento directo de que lo que me ocurrió ha causado el sufrimiento de toda una familia que ha creído y se ha for-mado en el trabajo serio, honesto y responsable; que el móvil de la acción criminal en mi contra fue la respuesta a un profesional del derecho reclamando justicia en nombre de una mujer víctima del abuso, precisamente, de quien encargó el asesinato en mi contra y que ya también lo había pagado para eje-cutarlo contra ella.
El que tenga la posibilidad de acceder a esta página, comprenderá que los fines de la misma van más allá de fotos, artículos, recortes periodísticos y videos, ya que en ella se retrata la realidad de los hechos, y se recoge el testimonio de quien ha podido sobrevivir a una operación de sicariato, y soporta-do durante seis largos meses, las diatribas de quienes no tienen más moral que el valor monetario que puso en sus manos el mismo que pagó la tarifa de los sicarios materiales que quisieron asesinarme en las primeras horas de la mañana del 02 de junio de 2010, cuando me dirigía a cumplir mi labor como comunicador social.
También podrán darse cuenta los lectores de esta página, que alrededor de mi caso existen representantes del Ministerio Público, Jueces, policías, periodistas, abogados, médicos, padres de familia, ciudadanos en sentido general, que son los más, que han y continúan realizando su trabajo como man-da la ley y el buen ejercicio. Otros, teniendo como única arma la oración, han contribuido a que este caso no sea uno más y quedara en el olvido, o fuera desnaturalizado por la maledicencia, o la premura en definir culpables favoritos o inocentes como culpables. Todo esto me lleva al convencimiento de que en nuestro país no todo está perdido.
No puedo finalizar, sin agradecer a Dios, que le ha demostrado a todos, creyentes y no creyentes, que soy un testimonio de su fe, un milagro de su fuer-za y presencia. A mi madre, que es mi Angel espiritual, y a mi padre que sin su esfuerzo, tesón, perseverancia y amor de papá muchas cosas hubiesen quedado en el inicio. A mis hermanos, que respondieron tal cual esperaba de ellos. A mi esposa, por ser una gran amiga, compañera, apoyo y buena esposa, que supo soportar el dolor de ver un ser querido entre la vida y la muerte, y el de mantenerse firme como toda gran mujer. A mis hijos, que son mi razón de ser, los cuales mantuve en mi pensamiento el día que la muerte me fue a buscar, por encargo de Adriano Rafael Román Román.
"...… porque siete veces podrá caer el justo, pero otras tantas se levantará”" (Proverbios 24, 16ª).