sábado, marzo 02, 2013

A los 33 meses de la tentativa de asesinato contra mi hijo Jordi Veras



 Ramón Antonio "Negro" Veras
1.- La delincuencia unificada procura sembrar el terror, el miedo; y luego, alcanzar la impunidad, para así continuar llevando dolor y luto a la familia dominicana. Ante semejante situación, la sociedad tiene que utilizar su instrumento de salvación que no es otro que la justicia.

2.- El asesinato por encargo, de factura relativamente nueva en nuestro país, procura desarrollarse para afianzarse en todo el territorio nacional; los hombres y mujeres de bien solamente tienen para vencer el gatillo y el plomo, a la justicia. De lo contrario, la industria del crimen va arrodillar a los que se dedican al trabajo digno y decente.

3.- Aquellos que pagan para matar y los que hacen el trabajo de asesinato, juegan distintas cartas y una de ellas es no ser descubiertos en sus fechorías por los investigadores judiciales y policiales; y si logran ser puestos al descubierto, entonces su estrategia es burlarse de la justicia.

4.- El 22 del pasado mes de febrero del año en curso, nuevamente fue reenviada la audiencia del caso Jordi. La asociación de criminales, promoviendo la posposición de la audiencia, cree que se está burlando de la justicia, de la sociedad, de Jordi y su familia, pero no es así; en su afán de alargar el proceso, el que mandó a matar a Jordi y los que ejecutaron el plan criminal, lo que están demostrando es que temen ser alcanzados por la vara de la justicia.

5.- El tiempo no borrará la acción criminal, ni la posposición reiterada de las audiencias nos va a desesperar; hoy, al cumplirse 33 meses de la tentativa de asesinato, seguimos con firmeza reclamando y esperando la aplicación de la ley a los imputados.

6.- Lo mejor y sano de la sociedad dominicana ha hecho causa común con mi hijo y con el dolor de su familia, porque la tentativa de asesinato en su contra fue la respuesta del crimen por encargo al trabajo serio, responsable y honesto de Jordi, como profesional del derecho.

7.- La sociedad dominicana, por muy agrietada y abrumada que esté, no puede ceder ante aquellos que buscan, imponiendo el crimen, atemorizar a lo mejor de nuestro país.

8.- Para no sucumbir ante la criminalidad organizada, hay que enfrentarla con los métodos, mecanismos e instrumentos legales de que dispone la sociedad para su defensa en forma civilizada, el servicio judicial 
actuando con responsabilidad y honestidad.

9.- La víctima, Jordi, al igual que la familia entera, ha confiado en el sistema judicial para enfrentar a los que se asociaron para asesinarle; lo contrario sería recurrir a la justicia privada, a la venganza, para lo que no está formado Jordi ni su círculo familiar.

A treinta y tres meses y una actitud procesal



En Nuestra Opinión...

El calendario, el pasado 2 de marzo del año en curso, 2013, marcó un mes más transcurrido y suman ya treinta y tres meses en este proceso, que inició con mi atentado el pasado 2 de junio del 2010.

Como el primer día en que pudimos ver la luz y darnos cuenta que estábamos con vida y que pudimos dar gracias al Todopoderoso por estar de vuelta a la luz, hemos estado conscientes de que quien orquestó y pensó el atentado y dio todas las facilidades para que los ejecutores lo llevaran a cabo; es una persona que ha estado parte de su vida realizando actividades criminales en contra de otras personas y siempre buscaba como salir sin recibir castigo, hasta que cumplió pena de un año por el caso de intento de asesinato de su hermano Pablo Román y posteriormente del caso de Miguelina Llaverías, por el cual se encuentra interno, por veinte años, en la cárcel de Rafey.  

A treinta y tres meses, tanto mi familia como quien escribe, estamos conscientes de que esto, ya no se trata de un caso individual de nuestra persona, sino que es un compromiso como ciudadano y profesional, a lo que estamos obligados a llevar  a cabo por la responsabilidad que entendemos debe tener cada dominicano y dominicana de buen corazón frente a la delincuencia y el crimen organizado, como el sicariato, que se ha 
convertido ya en una empresa criminal.

A treinta y tres meses, hemos sido objeto y testigo nuevamente, de la actitud procesal acostumbrada del condenado e interno, Adriano Román, así como lo ha hecho en cada expediente en que se ha visto envuelto en la justicia, lo hace con el caso que nos ocupa.  No puede ni debe sorprender a quien escribe, ni a ustedes amables lectores, que veamos que los envíos provocados por él, sean algo ajeno a su comportamiento o algo aislado, no.  Es una forma y una conducta que ha adoptado este imputado y condenado, tal como dije, desde que inició su carrera delictiva, hace más de treinta y cinco años.  

Cuando no es que intenta irrespetar jueces, lo hace con abogados, desconociendo los mismos ante la vista y mirada de todos. O es capaz de inventarse enfermedades o alegar que lo están maltratando, como si los que él ha causado a través de su vida, no contaran. En fin, la actitud procesal de este condenado y hoy imputado, no ha sido y no será otro, que el de rehuirle al proceso, en este caso, al  fondo, ello estamos preparados y dispuestos a seguir enfrentando todo lo que acontece y en espera de una sentencia ejemplar en contra de estos imputados que atentaron en nuestra contra.

A treinta y tres meses, ante todo esto que hemos narrado, y tal actitud procesal de irrespeto, no podemos asumir el afán, la desesperación y la impaciencia como Norte, lo que no implica que tampoco permitiremos que se intente relajar el sistema ni la justicia.  En todo momento que se requiera nuestra presencia, mientras Dios nos siga dando la fuerza y la fe, para proseguir, estaremos, junto a nuestra familia y lo mejor del pueblo dominicano, presentes en cada audiencia, como esperamos estar el próximo diecinueve del mes de abril, que es para cuando fue reenviada la audiencia de fondo del caso.  Seguiremos  siendo vigilantes con el caso.  Ya lo hemos dicho, no buscamos venganza, porque eso no alberga nuestro corazón, sino la justicia para que cosas como las sucedidas, tengan una sanción ejemplar para con otros casos, en contra del crimen organizado y el sicariato.

Por: José Jordi Veras Rodríguez (jordiveras@yahoo.com)


Abogado Negro Veras pide frenar la delincuencia


Negro Veras dice sigue firme en su reclamo de justicia
Santiago. El jurista Ramón Antonio Veras (Negro) advirtió ayer que la delincuencia unificada procura sembrar el terror, el miedo y luego alcanzar la impunidad. Advirtió que con estas acciones  los delincuentes buscan llevar dolor y luto a la familia dominicana. Dijo que ante semejante situación, la sociedad tiene que utilizar su instrumento de salvación, que no es otro que la Justicia. “El asesinato por encargo, de factura relativamente nueva en nuestro país, procura desarrollarse para afianzarse en todo el territorio nacional. Los hombres y mujeres de bien solamente tienen el gatillo y el plomo para vencer a la Justicia”, indicó. 

Aseguró que de lo contrario, la industria del crimen va a arrodillar a los que se dedican al trabajo digno y decente. 

En ese sentido, Veras expresó que aquellos que pagan para matar, y los que hacen el trabajo de asesinato, juegan distintas cartas y una de ellas es no ser descubiertos, en sus fechorías, por los investigadores judiciales y policiales. “Y si logran ser puestos al descubierto, entonces su estrategia es burlarse de la Justicia”, agregó el jurista. 

Veras, quien habló al cumplirse 33 meses del atentado criminal contra su hijo Jordi Veras, dijo que la asociación de criminales, promoviendo la posposición de la audiencia, cree que se está burlando de la Justicia, de la sociedad y su familia. El pasado 22 de febrero fue aplazado por segunda ocasión el juicio de fondo, pero para el jurista, esto es más que el afán de alargar el proceso. 

“El que mandó a matar a Jordi y los que ejecutaron el plan criminal, lo que están demostrando es que temen ser alcanzados por la vara de la Justicia. El tiempo no borrará la acción criminal, ni la posposición reiterada de las audiencias nos va a desesperar”, manifestó.

Veras consideró que para no sucumbir ante la criminalidad organizada, hay  que enfrentarla con los métodos, mecanismos e instrumentos legales de que dispone la sociedad para su defensa en forma civilizada y el servicio judicial actuando con responsabilidad y honestidad.