sábado, agosto 09, 2014

Recordando un hombre digno

Don Simón Gómez Ramos
El mayor tesoro que puede dejar un ser humano a sus seres queridos y su comunidad, es su trayectoria y que de la misma, puedan sentirse orgullosos y que puedan ser una manera de guía y ejemplo en el camino de quienes le suceden.

Cuán difícil es soportar la perdida, asimilar y saber de la partida de un ser querido y sobretodo de un alma buena y noble, que haya dejado una estela que no la borrará ni la hará desaparecer nadie, porque las acciones se imponen por encima de las palabras. Esta permanece como el perfume del sándalo cuando rosa el cuchillo. Bien lo dijo Jesús: "El que cree en mi aunque haya muerto, vivirá".

La vida física apagada y a la que me he querido referir desde inicio, es a la de mi suegro, Don Simón Gómez Ramos, que como hombre digno supo conjugar: en su trabajo, como empleado; en su familia como esposo, padre y abuelo; entre sus amigos; y como ciudadano; de forma íntegra y total. Lo mismo que le puede decir sus seres queridos que lo amamos y respetamos, le puede decir quienes fueran sus compañeros de trabajo y sus amigos. Fue una hoja limpia y transparente en su andar por este mundo.

No dejará de estar en el corazón y como ejemplo de todo aquel quien lo conoció y si no, bastará haber conocido uno de sus hijos para darse cuenta lo que fue capaz de impregnar en cada uno de los corazones y ver la clase de ser humano que fue. A sus hijos les queda el legado de su ejemplo y de que el paso por esta tierra fue digno, honorable y decoroso. A quienes llegamos a su familia por vía indirecta, nos queda el amor, el cariño, la sencillez, humildad, sensibilidad, responsabilidad, el respeto al otro y la disciplina con la que vivió. Para sus nietos (as) han perdido un abuelo cariñoso, dedicado, preocupado, sensible, que amaba y dejaba ser amado.

Nos queda dar gracias al Todopoderoso por haberme hecho parte de los que conocimos a Don Simón Gómez y que dejó impregnado en cada uno de nosotros su gran valía y clase de hombre, ser humano digno y justo. Vivió como buen cristiano, sin nunca hacerle daño a nadie, sirviendo a los demás y con un corazón limpio y sin cargas. Como buen amante de la tierra y la naturaleza que fue, sembró amor y hoy cosecha esto en cada quien que ha ofrecido su mano y apoyo solidario.

Una amiga y hermana querida, escribió esto que comparto a ustedes, sobre mi suegro y cito: “Don Simón asciende libre y en paz donde la fuente creadora; su gran bondad no lo lleva a ningún otro lugar, esparció el bien e impregnó su especial esencia en los corazones que tocó en este plano terrenal, tan necesitado de esa esencia...".

Ese tipo de seres humanos, que aunque no son devotos cristianos, pero si creen en el Todopoderoso; con su accionar de vida digna y justa, es de los que Jesús siempre le brinda y llena de bendiciones para que puedan llevar su mensaje a y legado a otros. Dios bendiga siempre está vida que se nos fue, pero que dejó tanto amor y buen ejemplo, gracias por eso Señor.

Hasta luego, Don Simón, siempre lo recordaré como a un padre y ser humano de bien.

sábado, agosto 02, 2014

A 50 meses de la tentativa de asesinato contra mi hijo Jordi Veras

Ramón Antonio "Negro" Veras
  1. La realidad de la vida me ha permitido comprobar que la existencia de los seres humanos no se desarrolla en forma uniforme; que existen dificultades y tropiezos.
  2. En procura de la solución del caso de mi hijo Jordi, en el camino tuve momentos de flujos y reflujos, avances y retrocesos, hasta alcanzar una parte de los objetivos con la sentencia de primer grado que sancionó a los responsables de la acción criminal.
  3. Jordi y toda nuestra familia ha pasado episodios de sufrimientos en busca que se le haga justicia al que pagó para el crimen y quienes lo planificaron y ejecutaron. Poco a poco hemos tratado de superar los inconvenientes; a cada trastorno tratamos de buscarle salida adecuada recurriendo a mecanismos legales.
  4. Fueron muchas las ocasiones que nos sentimos golpeados en lo más profundo de nuestro corazón porque se prolongaba la investigación del asunto empantanaba en juicio. Pero en ningún momento renunciamos a reclamar limpieza en la obtención de los medios de prueba y el cumplimiento del debido proceso.
  5. Los momentos amargos que nos hicieron pasar nuestros adversarios ideológicos, abiertos y encubiertos, que se aprovecharon de la tragedia de nuestra familia para herirnos anímica y moralmente, al final saborearon el desaliento por la solidaridad que recibimos de lo mejor y más sano de la sociedad dominicana.
  6. Siempre hemos dicho que al caso de mi hijo Jordi le daremos seguimiento sin tregua, hasta que concluya con una sentencia definitiva e irrevocable; con la ley y el derecho, de manos con la justicia, de ser necesario recorreremos todas las instancias jurisdiccionales. Ante la criminalidad y el crimen organizado, no puede haber pausa, espera ni suspensión, sino continuación y reanudación permanente. 
  7. Si el sicariato ha desafiado a nuestra familia, le aceptamos el reto. El medio de que disponemos para combatirlo es la ley, el derecho y la justicia; contamos con la razón y los hombres y mujeres de bien del país. La resistencia al crimen organizado es legítima.
  8. Hoy, al cumplirse 50 meses de la tentativa de asesinato contra mi hijo Jordi, continuamos firmes, convencidos de que la justicia continuará alcanzando a quienes quisieron llevar a nuestra familia dolor, angustia y luto.

viernes, agosto 01, 2014

El crimen organizado


Rafael Peralta Romero
El discurso contra el crimen ha tomado un giro lamentable. La declaración del jefe de la Policía Nacional, Manuel Castro Castillo, acerca de la superioridad del crimen organizado con respecto de las autoridades, se torna necesariamente en un elemento perturbador. Es la forma de admitir algo que se ve: estamos en manos del enemigo.

El abogado José Jordi Veras, sobreviviente de un atentado criminal, ha dicho que aunque los autores del hecho estén condenados y en prisión no se siente seguro. Fue desde una cárcel de Santiago que el sujeto diabólico que quiso eliminar al hijo del doctor Negro Veras perpetró sus gestiones macabras.

Francisco Domínguez Brito, procurador general de la República, reveló la tenebrosa estadística según la cual 576 personas fueron asesinadas con armas de fuego durante la primera mitad de 2014. ¿Será, como dice Castro Catillo, que esto ocurre por falta de visión, diseño de estrategia y estructura especializada?

El control, si no erradicación, de la criminalidad es una necesidad urgente que bien cabe en el capítulo “corregir lo que está mal”, proclamado y prometido por el presidente Danilo Medina durante la campaña electoral. El creciente desarrollo del crimen como oficio entra en lo que está mal y tiene en zozobra la conciencia nacional.

Siempre habrá homicidios, siempre habrá riñas. De vez en cuando un hombre de bien se indignará y se verá precisado a incurrir en una acción impropia de su perfil. Ese hombre mata a alguien en defensa propia o de su familia, por la preservación de su patrimonio o por la salvaguarda de su honor. Y por las libertades públicas también.

El sujeto involucrado con el crimen organizado mata por la espalda a una persona porque por ello recibirá una paga. El matón contratado no da la cara ni se enfrenta a nadie de igual a igual. El de sicario es, sin duda, el quehacer más degradante en que puede incurrir un individuo. Ni siquiera la venta de sexo le es comparable.

Quien mata por paga, como quien manda a matar, son espíritus dañados que a lo sumo podrían ser útiles para las prácticas de los estudiantes de medicina en las universidades. Según el caso, los ejercicios de aprendizaje pueden ser en psiquiatría, pero más provechoso será usarlos en anatomía descriptiva.

Hay que persistir en el propósito de cambiar esta situación. Y cuando se modifique el Código Procesal, igualar las penas del que manda a matar con las del ejecutante. Vale parafrasear los versos de sor Juana Inés: “Cuál es más de culpar / aunque cualquiera mal haga/ el que mata por la paga / o el que paga por matar”.

Iglesia apoya destrucción armas ilegales incautadas


José Jordi Veras Rodríguez y Francisco Domínguez Brito

SANTIAGO.- El semanario Camino, órgano escrito del arzobispado de esta ciudad, destaca la medida tomada por la Procuraduría General de la República, de destruir 2 mil armas de fuego encontradas en diversos operativos a nivel nacional y construir con ellas un monumento, lo que define como un símbolo que invita a ir creando una cultura de paz necesaria en estos tiempos. Empero, el periódico especializado en asuntos religiosos estima que en los últimos años el país ha sufrido en carne propia las consecuencias de la espiral de violencia que va trastornando la cotidianidad, obligando a los dominicanos a vivir en una cárcel sin puertas.

El parecer de Camino está contenido en el editorial de la edición que pondrá a circular este domingo y que con el título de “Hermoso Monumento”, analiza el uso que dará el Ministerio Público a cientos de armas de fuego confiscadas últimamente por las autoridades.

El rotativo religioso, tras considerar que con la violencia y la guerra se pierde todo, agrega que “la paz es el único camino que nos conduce hacia la realización plena y el sendero para llegar al progreso, permitiéndonos una convivencia armoniosa”.

“Los delincuentes nos han robado la paz y secuestrado la libertad de transitar libremente, sin temor a ser atracados o encontrar la muerte en manos de malhechores”, precisa.

Y recuerda que las causas de este desasosiego nacional han sido estudiadas, prevaleciendo la impunidad sin fronteras, complicidad con los responsables de la delincuencia, injusticias sociales que estimulan el crimen, desempleo creciente, jóvenes sin futuro vegetando día y noche sin esperanza.

Contribuye con esto que un sector de la clase política auspicia el tráfico de influencias y de la vida fácil un estilo de vida, exhibiendo riquezas que no resisten la menor investigación seria.

“Realmente estos vientos de olvido y exclusión de gran parte del pueblo dominicano han traído una tempestad que amenaza con destruir los cimientos de una sociedad que merece días mejores”, puntualiza Camino.

En tal sentido, estima que algo hay que hacer “para cambiar estos signos de muerte. Todos podemos aportar dejando atrás los lamentos y quejas de tristeza que sólo sirven para restar energías a la lucha para un nuevo día”.