Desde el mes de diciembre del 2011 permaneció el expediente en la fase intermedia o lo que conocemos como la audiencia preliminar cuando hubo que conocerse catorce audiencias, dentro de éstas, doce envíos y dos audiencias de conocimiento de presentación de la acusación, de las pruebas, objeciones a las pruebas, y las réplicas de cada una de las partes. Ya la magistrada a cargo, reservó el fallo para el próximo 9 de octubre de los corrientes.
A pesar de todo lo que hemos visto y escuchado en cada una de las audiencias que hemos participado, junto a mi esposa Katty, mi padre y mis seres queridos, no dejamos de perder la confianza en la justicia.
Por el hecho de que soy abogado, como lo es mi padre, pero conozco el proceder y la forma de actuar en justicia del imputado Adriano Rafael Román Román, y estoy consciente del poco o ningún respeto que el mismo posee, al igual que los demás imputados, de lo que es la justicia dominicana, no importando de dónde provenga. Asimismo, por el hecho de la esperanza, fe y confianza que tenemos en el material humano que integra la justicia de Santiago, es que hemos, mi familia y yo, podido mantenernos firmes ante tanta iniquidad, bajeza, e irrespeto de quienes no conformaron con intentar eliminarme, y no lograron por obra de Dios.
Lo que hemos visto en estos veintiocho meses, hemos ratificado en lo que se ha convertido la profesión de abogados, como la misma, al cualquierizarse, ya lo que puedes escuchar desde un estrado es todo lo que no te puedes imaginar, porque muchas de las cosas no tienen nada que ver con el caso o expediente del que se está ventilando, sino en alusiones personales en mordaces comentarios, como si se tratara de una “chercha” o se estuviera en un parque público. Se utilizan los argumentos más inverosímiles y bajos para realizar los envíos de las audiencias, irrespetando con ello la calidad que se presume de togado que se puede tener.
Bien tuvo mucha razón en una ocasión mi padre, al decirme, una de sus razones de por qué, estaba dispuesto en abandonar los estrados. Es que ya los mismos se estaban convirtiendo en una zona o en un ambiente de ser aprovechado por aquellos que lo que no te pueden decir fuera de ellos, lo hacen valiéndose de estar en plena faena.
Hay quienes no utilizan la lealtad, el honor, el respeto ni la moral para conllevar los procesos, ni para con los colegas, ni para con los magistrados y magistradas. Pienso que no es lo que nuevos abogados y abogadas deberían estar aprendiendo cuando van a las prácticas forenses, esas son las malas mañas que deberían obviarse.
He ratificado en el juicio intermedio que los que intentaron arrancarme la vida, son condenados o han sido llevados al banquillo de los acusados por crímenes y no por delitos menores y en esa tesitura se manejan en aguas conocidos cuando están en los estrados, no son “muchachitos” acabados de llegar, sino que han conocido el ámbito del crimen en su mejor dimensión.
El intento o tentativa (porque no pudo materializarse, pero hubo la intención y los móviles utilizados eran para matarme no para herirme) de asesinato de que fui objeto hace veintiocho meses, fue utilizando el método o modalidad del sicariato, o sea, que no fue el crimen normal y corriente de que Fulano mató a Mengano, Sino el mismo caso de Miguelina Llaverías, mi defendida, que Adriano Román, utilizó una compañía de detectives para llevar a cabo ese objetivo.
A la vez el encargado contrató un chofer y un asesino que era quienes realizarían los disparos contra ella. La complejidad que tiene esta modalidad de asesinato, es que tienes que buscar conectar Adriano Román con el último que ejecuta y a su vez con los demás en el eslabón y para ello se utilizan pruebas directas, esto es, si existen testigos que vieron o presenciaron el hecho o conocen de alguna trama del hecho. En defecto de éstas, las pruebas circunstanciales -esto es que se reúnen todos los elementos o indicios que fueron utilizados para llegar a realizar ese concierto para el crimen-, es por esta causa que muchas veces este tipo de crímenes tarda en investigarse por todo lo que hay envuelto, en cantidad de imputados y de elementos de pruebas. A diferencia del crimen corriente que uno mata al otro, es mucho más fácil determinar la implicación.
Mi familia y amigos que llegaron a estar presentes en audiencia, tenían que escuchar desaguisados argumentos sin base, como aquel de que para que se cumpliera el concepto legal y jurídico de la “tentativa”, debían haberme vaciado los seis o siete tiros que carga un revólver, porque quizás así se hubiera podido caracterizar este elemento.
El cual es utilizado para cuando un hecho criminal que no se ha consumado porque una causa extraña al que ha intentado llevar a cabo el hecho, lo ha impedido. Cuando sucede lo que a mí, que he quedado con vida, a diferencia de los alegatos contrarios en el juicio preliminar de los imputados, de que la calificación de mi hecho debía ser por “golpes y heridas” y no por asesinato, alegando que aún vivo. Muy sencillo para el que no es abogado u abogada, varias cosas tenemos para acoger lo que llamamos “tentativa”: el hecho de que el móvil o la intención haya sido causar la muerte, combinado con el tipo de arma utilizada y el lugar o la parte del cuerpo donde se haya inferido la herida. En el caso propio, fue a la cabeza y al cuello, utilizando qué, ¿una vara de pescar?,no una pistola. Todo esto es suficiente para acoger el concepto antes indicado. Y no había la necesidad, como argumentaba un togado, de que había que vaciarme los tiros del revólver para saber qué intención se tenía. En mi caso no estoy vivo porque los asesinos y todo el que planificó la trama, tenía la más mínima intención de que yo siguiera formando parte de los vivos al día de hoy. Gracias a Dios y los médicos, esto no fue una realidad. Como tampoco lo fue en el caso de Miguelina Llaverías, a quienes sus asesinos y planificadores, intentaron asesinar, disparándole detrás de la oreja.
Estos veintiocho meses han servido para que tanto mi familia como yo, así como el que ha sido solidario con nosotros, que es la mayor parte del pueblo dominicano, sigamos comprometidos con luchar contra lo que se ha convertido en una empresa del crimen, como es la modalidad del sicariato. Y se ha convertido en un desafío para autoridades y todo el que desee una mejor forma de vida, de no darle espacio a los que aquí fomentan, aúpan, defienden y hacen de la delincuencia y el crimen organizado una forma de vida. A estos veintiocho meses, sigo aferrado a la vida y creyendo con mucha fe, que son más los que desean algo mejor y que están dispuestos a enfrentar con esperanza; un futuro mejor para nuestros hijos, hijas, nietos y nietas; que debemos construir hoy.
Email: jordiveras@yahoo.com:
Para amigos y familiares que han ido a las audiencias y no comprenden mucho de sus términos.
Para amigos y familiares que han ido a las audiencias y no comprenden mucho de sus términos.