1.- Al
igual que al seno de muchas familias del país, a la mía también llegó un
eslabón de la cadena de criminalidad que desde años perturba a la sociedad dominicana.
Por casualidad, la tentativa de asesinato ejecutada por sicarios contra mi hijo
Jordi Veras, el 2 de Junio de 2010, le causó graves lesiones permanentes, pero
no le quitó la vida como era el deseo de quien pagó para el crimen y los que
decidieron ejecutarlo.
2.- En mi
condición de padre de Jordi, confieso que no quiero que ningún padre pase el
martirio que he padecido desde la infausta noticia del hecho criminal contra mi
hijo; la desesperada espera desde que ingresó, hasta que abandonó el quirófano con
la incertidumbre de si mi hijo quedaba con vida, y el tormentoso seguimiento a la investigación
policial y judicial para descubrir a los autores de la acción criminal.
3.- Como
padre he tenido que soportar con estoicismo y angustia el curso del proceso
judicial, estando presente en las 14 audiencias efectuadas hasta ahora, en el
curso de las cuales he tenido que escuchar, saliendo de las gargantas de los
defensores privados y públicos de los imputados, palabras hirientes contra mi
persona, y de escarnio contra Jordi, su esposa e hijos.
4.- Hoy, al
cumplirse 28 meses del operativo criminal contra mi hijo Jordi, y después de 14
audiencias, mi familia, lo mejor de la sociedad dominicana y yo, estamos a la
espera de que llegué el día 9 de Octubre, para conocer el fallo de la honorable
magistrada encargada de la instrucción del proceso.
5.- He sido
reiterativo con relación a mi confianza en el material humano que administra
justicia penal en Santiago, y ahora, en espera del fallo de instrucción, ratifico
mi esperanza de que en el caso de mi hijo Jordi, se va a imponer el sentido de
la justicia y la legalidad.
6.- La
asociación criminal que decidió quitarle la vida a mi hijo Jordi, y que procura
burlarse de la justicia para seguir llevando desasosiego a la sociedad
dominicana, debe ser alcanzada por la vara de la justicia, como una
advertencia a la criminalidad organizada
de que el asesinato por paga no tiene espacio en nuestro país.
7.- Es de
esperar que se haga justicia contra el que pagó, los que organizaron y el que
apretó el gatillo del revólver y le disparó en la cara a Jordi, para matarlo.
Es todo lo que espera nuestra familia, y la sociedad dominicana para no seguir
viviendo a merced de quien tiene dinero para pagar asesinatos.
8.- El sufrimiento,
el dolor, el pesar que ha cargado mi familia durante 28 meses por la acción
criminal contra Jordi, no lo debe padecer ningún otro hogar dominicano.
9.- La tragedia que llegó a mi familia con el
acto que organizó y ejecutó la asociación
criminal que quiso quitarle la vida a Jordi, la hemos llevado encima
contando con la solidaridad de lo mejor del país, que ha hecho suya la
desgracia que nos ha tocado padecer.