“La vida tiene diferentes capítulos, un mal capítulo no significa el final de la historia”.(anónimo).
Si alguien me hubiese dicho que la vida cambiaría tan drásticamente, es posible que no le hubiese creído. Que iba a conocer tanta perversidad y maldad, no sólo de quien pagó y quienes ejecutaron el hecho, no solo en mi contra, sino de mi familia en sentido general y de mis seres más apreciados y queridos. Existen episodios de tu vida que no los eliges, ni lo has merecido ni ganado, sin embargo, la misma situación te pone un dilema, entre seguir adelante y buscar sacar lo bueno a todo lo que te ha ocurrido o dejar de seguir luchando, llenarte de angustia, odio, venganza y amargura. Si eliges éste, de seguro, siempre vivirás siendo esclavo y dependiente de quien te ha hecho daño y que te ha ofendido, siempre tu vida estará en sus manos y sobre todo, tu libertad.
Cuando tomas la otra alternativa, si bien te costará mucho esfuerzo, empeño, sacrificio, impotencia en ciertos momentos, y hasta soportar burlas de quienes utilicen la perversidad como elemento para buscar derrumbarte, si has decidido quedar de pie. Aun así, recibirás mayor satisfacción y todo lo que vas logrando, paso a paso, tiempo a tiempo, servirá para que aprendas a guardar y almacenar tus fuerzas para que esa experiencia te sirva para seguir adelante ante otros retos y obstáculos que de seguro tendrás, porque eso es parte de la vida.
Es cierto que existen episodios en nuestras vidas, que nos dan un golpe tan fuerte que pensamos que no podremos recuperarnos, que no saldremos de esto con bien. Que es algo más fuerte que nuestras fuerzas y que ha sido lo más duro que nos ha ocurrido y creemos que no habrá manera de salir de ello.
Tal como inicie el presente artículo, si bien es cierto que nunca se imaginó mi familia, ni mi persona, que encontraríamos tanta perversidad, no sólo de quienes de una forma o de otra halarán el gatillo, ni en los distintos procesos que se ha tenido que pelear bajo las más mayores bajezas. Ahora bien, si bien, mi familia y quien escribe hemos recibido hace tiempo el daño y hemos visto toda esa maledicencia, asimismo, hemos recibido como bálsamo, la mejor representación del amor, cariño y apoyo del ser humano, como lo es la solidaridad. Existen episodios de tu vida, que si bien son duros y cambian tu vida, dependerá de ti, si es tu final o es la forma en que te fortaleces y recuperas la misma para seguir adelante y no rendirte. No permitas que el mal triunfe sobre ti, con el temor, angustia y dejando de luchar. La batalla de hoy te ayudará a reunir sabiduría y fuerzas, para vencer las que te faltan y se presenten.
Hoy más que nunca este país requiere de mujeres y hombres de bien, no pierdan las esperanzas cada mañana. Que exista un motivo para seguir luchando. Existen grandes amenazas para evitar que esta tierra sea posible y vivible, ante la ambición, el egoísmo desmedido, el crimen organizado y la indiferencia.
Es buscar darle mayor cabida a la desvalorización que a la decencia y el decoro, todo eso se debe recuperar si queremos un Estado posible, sin darle paso al temor a la maldad, debe ser un esfuerzo común, porque tarde o temprano, algo podrá afectarte de forma directa. No claudiquemos ante el cansancio frente a la perversidad.