- En ocasiones ocurren hechos negativos que afectan a una persona en particular, pero luego se convierten en experiencias positivas para toda la sociedad. La tentativa de asesinato contra mi hijo Jordi, ocurrida el 2 de junio de 2010, fue para él y toda nuestra familia una acción dolorosa, lacerante, de la cual la comunidad dominicana puede sacar reflexiones edificantes.
- Adriano Román, estando en la cárcel, condenado por contratar y pagar para matar a su ex esposa Miguelina Llaverías, reiteró la acción criminal contra Jordi, lo que pone en evidencia que desde la prisión un recluso puede financiar un operativo de sicariato contra una persona cualquiera fuera del recinto carcelario.
- El caso de mi hijo Jordi sirvió para demostrar que es posible realizar una sería y efectiva investigación judicial y policial, que posteriormente haga posible una sentencia condenatoria ajustada a la ley y el derecho.
- Las incidencias del juicio que se le sigue a los imputados por la tentativa de asesinato contra mi hijo Jordi, se comprueba que el Código Procesal Penal, puede ser burlado por los imputados a los fines de eternizar el proceso judicial.
- El expediente de mi hijo Jordi, ha puesto en evidencia que cuando los imputados saben que la sentencia de primer grado está ajustada a las pruebas, al derecho y al debido proceso, utilizan el recurso de apelación como medio de confusión, y continuar así burlando el sistema judicial, a la sociedad, a la víctima y a su familia. Los condenados en primera instancia, conscientes de la justeza de la decisión apelada, recurren a los incidentes para que el fondo del fallo impugnado no sea conocido, como ha ocurrido con el caso Jordi.
- A la luz de lo ocurrido en el proceso judicial que se le sigue a los que quisieron asesinar a mi hijo Jordi, se impone estudiar a fondo la necesidad de una modificación del Código Procesal Penal, a los fines de impedir que se extienda la voluntad criminal de los imputados hasta obstaculizar la marcha de la justicia.
- La garantía y cumplimiento del debido proceso de que son merecedores los imputados, también debe alcanzar a la víctima. El caso de mi hijo Jordi ha sido desesperante para él, su familia entera y la sociedad dominicana, y más agraviante porque al cumplirse hoy 64 meses del hecho criminal, los condenados todavía continúan, en grado de apelación, burlándose de la sangre derramada por mi hijo, las lesiones permanente que lleva sobre su cuerpo, y la aspiración de la comunidad dominicana decente de que triunfe la justicia.
- He dicho y reitero, que quiero que mi familia sea la última en transitar por el calvario que ha pasado con motivo del hecho criminal contra Jordi, porque además de lo doloroso de la acción delincuencial, ha sido víctima de las imprevisiones del Código Procesal Penal, de las cuales se ha aprovechado el que pagó y los que ejecutaron el operativo criminal.
- El camino que hemos recorrido reclamando justicia ha sido sumamente traumático, y el curso del proceso ha sido un tránsito por el infierno. La parte decente de la sociedad dominicana que se vea en el espejo nuestro, y comprenderá así que estamos viviendo en un ambiente adecuado para que el crimen organizado y la delincuencia en general siga moviéndose a su antojo.
- La realidad es que Jordi y toda nuestra familia, no tiene otra alternativa que continuar soportando los incidentes burlescos que utilizan los imputados, aprovechándose de las debilidades que contiene el Código Procesal Penal, y que favorecen a la criminalidad.
- No importa el trecho que falta por recorrer ni lo tortuoso que resulte; estamos formados en la resistencia ante las dificultades; la endeblez jamás nos hará ceder; somos incansables, tenaces en procura de la justicia. Los que quisieron asesinar a Jordi, no lograrán abatirnos, porque nuestras convicciones son inflexibles ante el crimen.
viernes, octubre 02, 2015
A 64 meses de la tentativa de asesinato contra mi hijo Jordi Veras
Suscribirse a:
Entradas (Atom)