A 58 meses de la tentativa de asesinato contra mi hijo Jordi Veras
- Todo aquel que decide ser padre debe saber
la responsabilidad que asume y estar preparado para enfrentar cualquier
dificultad que se pueda presentar en el seno familiar; las contrariedades son
imprevisibles, y si llegan hay que actuar en consecuencia.
- La sociedad dominicana está viviendo una
etapa sumamente difícil porque la vida de las personas está a merced del
capricho de cualquier desaprensivo que, disponiendo de amplios recursos
económicos, pueda pagar el precio solicitado por los sicarios. Así ocurrió con
el caso de mi hijo Jordi, contra quien Adriano Román pagó la tarifa a la
asociación de criminales que organizó su fallido asesinato. En este caso específico
en mi condición de padre he procedido cumpliendo con la misión que debo asumir
como su progenitor.
- El encargo que me ha tocado ejecutar ante
la acción criminal contra Jordi, ha sido sumamente difícil, no solamente porque
actúo anímicamente en estado de permanente aflicción, sino porque en el curso
de la investigación judicial y policial, así como durante el juicio, he soportado
toda clase de contrariedades por las barreras que me he encontrado por lo
entronizado del caso.
- He procedido en el caso de mi hijo Jordi, a
costa de mi salud y seguridad personal, pero no me lamento porque la
responsabilidad como padre me obliga a actuar sin importar lo engorroso que es el
asunto; lo penoso del operativo criminal contra mi hijo no me libera de la
obligación de darle seguimiento al expediente hasta el final.
- Precisamente hoy se cumplen cincuenta y
ocho (58) meses del acto ejecutado el 2 de junio de 2010 contra Jordi y, no
obstante las angustias que he tenido que pasar, me mantengo en tensión
convencido que mi deber como padre es seguir adelante, sin importar lo
lastimoso del proceso; sin desmayar un instante, sin desánimo, hasta que se
dicte una sentencia con carácter definitivo e irrevocable. Mi compromiso como
padre no tiene límites.