martes, agosto 02, 2016

A 74 meses de la tentativa de asesinato contra mi hijo Jordi Veras


  1. El infausto día 2 de junio de 2010, cuando sicarios pagados por Adriano Román, les dispararon a mi hijo Jordi, para asesinarle, cambió por completo mi vida desde el punto de vista emocional, y se rompió por entero la tranquilidad espiritual de mi familia.
  2. Desde aquel aciago día, hasta hoy, han transcurrido 74 meses, los que puedo considerar como funestos, porque he tenido que enfrentar, al igual que Jordi, situaciones desgraciadas, sumamente desagradables, para las cuales no estaba preparado; aunque creo que nadie está condicionado, prevenido para lo imprevisto, como siempre es la obra de los asesinos que ejecutan sus acciones en forma repentina, amparados en la acechanza para coger por sorpresa a su víctima.
  3. Además de la angustia que nuestro colectivo familiar ha tenido que pasar como consecuencia de la tentativa de asesinato contra Jordi, se ha unido el viacrucis, los tormentos soportados en todo el curso del proceso judicial, donde nos hemos encontrado con lacras acostumbradas a pulular, hormigueando al lado del crimen organizado, defendiéndolo en condición de aliados impúdicos.
  4. Nada me ha impedido darle seguimiento al caso de mi hijo. No han importado inconvenientes, impertinencias ni despropósitos; estoy preparado para seguir como hasta ahora, soportando situaciones engorrosas, fastidiosas e irritantes. Los que por paga quisieron matar a Jordi, no me van a desesperar porque hace tiempo me aprendí que la desesperación es mala consejera, conduce al abatimiento, al desánimo que sólo favorece a los antisociales y a los que en estrados justifican fechorías de todas clases.
  5. El proceso judicial que se le sigue a la asociación de criminales encabezada por Adriano Román, en el expediente relacionado con el operativo criminal contra Jordi, ya ha pasado por los grados de primera instancia y apelación. En el hipotético caso de que recurran en casación, ahí estaré con más fe, con el convencimiento y sin perturbación alguna porque, hasta ahora, he confiado en el material humano que ha administrado justicia en el asunto que lesionó a Jordi, a nuestra familia y a lo que todavía sirve en la sociedad dominicana.
  6. En el expediente del Caso Jordi, los magistrados-fiscales y jueces-, han dado demostración de honestidad, capacidad y responsabilidad; han fallado tomando en cuenta los hechos, la ley y los principios generales del derecho, así como el sentido de justicia. Con sus decisiones han puesto en evidencia que en el Servicio Judicial del país no todo está perdido, y que los hombres y mujeres que hacen honor a la diosa Temis, hay que mantenerles el respeto de que se han hecho merecedores como magistrados y seres humanos.
  7. Ante el crimen organizado, del cual el sicariato es una variante, hay que ser perseverante, no se le puede dar tregua; la consistencia, la tenacidad hay que ponerla en función. La desidia, la dejadez no cuadra en aquellos que, armados de la razón, el derecho y víctimas del crimen debemos poner insistencia y voluntad para afrontarlo sin importar las consecuencias.
  8. En una sociedad como la que estamos habitando hoy, cada quien debe mantenerse alerta ante la criminalidad, y convertirse en forma ininterrumpida en guardián de la vida suya y de sus seres queridos. No hay otra alternativa de garantía para la existencia en el ambiente en el cual vivimos en la actualidad.
  9. En lo que a mí concierne, lo he dicho y reitero, que las 24 horas del día soy el guardaespaldas de cada uno de mis hijos, su escudo. La escolta permanente de mi familia entera; y mientras viva haré de su espaldero; y aquel que pretenda lesionarla, me tendrá de frente en cualquier terreno y sin importar las consecuencias. Esta idea vale mensaje para aquellos que tienen la creencia de que estamos viviendo como chivos sin ley, donde cada quien se cree con derecho a imponer su voluntad y designios.